Nunca he sido perfecto, ni he pretendido serlo.
Lo mío siempre fue caminar torcido,
dejar manchas en cada intento de inocencia,
hacer ruido cuando todos pedían silencio.
He sido fragilidad, contradicción y derrota,
un incendio que no pide permiso para arder.
Un río que se desborda y arrastra consigo lo que ama y lo que odia.
Mis pasos nunca han sabido de rectas,
siempre se han doblado hacia donde sopla el viento de mis sombras.
Sin embargo, en cada error,
en cada caída,
florece a veces una luz torpe,
una chispa que no entiende de milagros,
pero insiste en encender lo que queda.
Quizás porque en el fondo no busco redención,
sino sentido,
no busco pureza,
sino una verdad que duela lo justo y me recuerde vivo.
No me arrepiento del barro en mis manos,
ni del temblor en mis decisiones.
Porque a veces el caos es la única forma de volver a empezar sin máscaras.
Entendí, por fin, que no hay destino recto,
solo pasos que aprenden a ser camino.
Y mientras quede un latido,
seguiré siendo intento...
-
Autor:
Cosas que nunca os he dicho... (
Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2025 a las 08:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.