En dos mundos distintos, la vida se divide,
pobreza y riqueza, un abismo que hiere.
Unos luchan a diario, por un mendrugo de pan,
mientras otros derrochan, sin pensar en el mañana.
Los pobres, descalzos, con el alma desnuda,
sufren la injusticia, en cada encrucijada.
Sus sueños se marchitan, bajo el sol inclemente,
y la esperanza se desvanece, lentamente.
Pero surgen los nuevos ricos, sin escrúpulos ni moral,
robando hasta el alma, con astucia infernal.
Explotan al débil, sin piedad ni temor,
y construyen su imperio, sobre el sudor y el dolor.
La brecha se agranda, la desigualdad persiste,
y la justicia se esconde, en un laberinto triste.
¿Hasta cuándo permitiremos esta cruel opresión?
¿Cuándo alzaremos la voz, contra esta desilusión?
Es hora de despertar, de cambiar el sistema,
de construir un mundo, donde nadie tema.
Donde la riqueza se distribuya con equidad,
y la pobreza sea solo un recuerdo, en la eternidad.
Que la solidaridad sea nuestra bandera,
y que el amor al prójimo, sea nuestra quimera.
Para que todos podamos vivir con dignidad,
y construir un futuro, de paz e igualdad.
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Autor:
José de Amercal (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2025 a las 18:18
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Jose de amercal, Antonio Pais, Salvador Santoyo Sánchez
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