"TENGO GANAS DE LLORAR"
Tengo ganas de llorar...
Ayer quizás hubiese dicho por el dolor de la desesperanza...
Por la incertidumbre de lo que esperaba y aún no llegaba.
Por a veces ganarme la ansiedad desmedida que no mide tiempos.
Hoy las ganas de llorar cambiaron de causa.
Tengo ganas de llorar por la emoción de la llegada de ese dulce sentimiento que anhelaba.
Tengo, sí, ganas de llorar como el adolescente ante la llegada del primer amor.
Ganas de llorar porque Dios escuchó mis oraciones.
Ganas de llorar porque me siento, nuevamente, con la esperanza de ser amado.
Tengo ganas de llorar, sí, porque avisoro un camino sin espinas, de cosas hermosas, de construir de a dos.
Tengo ganas de llorar y de gritar te amo mi cielo, aunque solamente lo disfrutemos como el gran secreto de los amantes nocturnos.
Sí, mundo, hoy tengo ganas de llorar porque en mi vida nuevamente brilla la luz del increíble amor, de ese amor que da sin esperar recibir.
Tengo ganas de llorar porque, increíblemente, nuevamente vuelvo a ser plenamente feliz.
Roberto Bardecio Olivera
(21/10/2025)
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Autor:
Parapilino (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de octubre de 2025 a las 16:30
- Comentario del autor sobre el poema: El paso del tiempo y el ser paciente, en el amor, todo lo puede.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Syol *, JUSTO ALDÚ, ElidethAbreu
Offline)
Comentarios2
...poéticamente esplendoroso..
Feliz noche..
Gracias Syol por tu comentario.
Abrazo grande desde Montevideo, Uruguay.
Roberto
Lo veo como un desahogo que se eleva desde la tristeza hasta la plenitud. En su lectura emocional, vibra el renacimiento del alma: quien antes lloraba por ausencia, ahora llora por abundancia; el llanto se transforma en gratitud. En lo técnico, la prosa poética fluye con ritmo sincero, casi conversacional, marcada por repeticiones (“Tengo ganas de llorar”) que funcionan como un mantra liberador. Esa anáfora crea una estructura circular donde el dolor inicial se transmuta en amor, como si la palabra misma obrara la redención. En síntesis, el texto es un himno al retorno de la esperanza: el milagro de llorar no por lo perdido, sino por la dicha de volver a sentir que el amor —ese visitante divino y misterioso— ha regresado a iluminar la vida.
Saludos
Gracias por tu comentario y por tu análisis de mi poema.
Abrazo grande desde Montevideo, Uruguay.
Roberto
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