Es temprano y el sol parece salir por las ventanas de mis casas.
Me invade el creciente bullicio que, como viento que arrastra las hojas por las calles, se acrecienta sumando guardapolvos hacia la escuela, albergando la alegría de la mañana.
Soy pequeño y todo es cercano.
Pasadas las primeras horas, y con un poco más de calma, se van desperezando las puertas de la oficina de correo, el banco, la comisaría y unos cuantos comercios.
No así la sala de primeros auxilios que permanece alerta y me cuida permanentemente.
A mediodía, la ráfaga de regreso penetra en las casas, es hora del almuerzo.
Se cierran las puertas y, al rato, los sonidos se van apagando, y me entrego exhausto en el silencio de la siesta.
A la tardecita mis calles se llenan de risas y juegos.
Por las noches, reuniones en la vereda de algún vecino y escondidas o manchas en la calle.
La niñez es feliz, tanto que se siente que siempre será así.
De a poco se van diluyendo las rayuelas dibujadas en las veredas, las fogaratas cortando el tránsito , las reuniones de charlas en las noches de verano.
Con el correr del tiempo el movimiento en mis calles se vuelve tranquilo y despojado.
Aunque mi consciencia permanece aquí, me parten en pedazos las grandes ciudades, con sus muchas posibilidades de universidades y oficios.
Elijo concentrarme en mi casa.
Habito mi parque lleno ahora de reposeras, mates y juegos de mesa, hamacando algunos cochecitos de paseo, en espera de que crezcan.
Las canas develan otra manera de felicidad y la añoranza refuerza la espera de que se renueve el bullicio y me inunde de blanco las mañanas y de juegos las tardecitas callejeras.
El avance de los años y la tecnología me llevan a repetir los ciclos.
Compruebo con alegría que no he perdido la esencia y puedo volver a jugar, a la reunión de vecinos y a las tardecitas en el parque.
Miriam Venezia
18/10/2025
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Autor:
Miriam Venezia (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de octubre de 2025 a las 12:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Poesía Herética, JUSTO ALDÚ, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Carlos Baldelomar

Offline)
Comentarios2
Muchísimas gracias por tus letras, estimada amiga Miriam.
Saludos.
Es un placer recibir tu comentario!! Gracias!! Te mando un abrazo!!
Este texto es una evocación entrañable del paso del tiempo, contada desde la mirada nostálgica de quien contempla la transformación de su entorno y de sí mismo. La voz narrativa, cálida y reflexiva, convierte al barrio en un ser vivo que crece, envejece y renace junto a sus habitantes. Las imágenes —el bullicio escolar, la siesta, las rayuelas borradas, las noches de verano— dibujan con precisión la memoria de una comunidad y la ternura de lo cotidiano. El tono melancólico se equilibra con una esperanza serena: la certeza de que, pese a los cambios, la esencia permanece. Es un relato poético que celebra la memoria como raíz y refugio, donde el tiempo no destruye, sino que enseña a amar con más calma.
Saludos,
Hola, gracias por leerme y el análisis, es una buena interpretación!!
Muchas gracias!! Te mando un abrazo!!
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