Tus pasos lentos son el reflejo
de lo efímero que es el tiempo;
quedó atrás la prisa por vivir
con la llegada pausada de los días.
Aunque la luz se apagó en tus ojos,
en tu memoria aún resplandece
la claridad de aquellos tiempos
donde la danza de la vida latía fuerte
sobre tu cuerpo juvenil.
Te quedas inmersa en tus pensamientos,
a veces cantando,
como si la música trajera de regreso
esas memorias que te niegas a enterrar.
En la sabiduría de tus palabras
habita un alma infantil,
esa que todavía baila
sin contar las décadas
que han pasado sobre ti.
Tu pelo blanco es el susurro
de cómo la vida nace en primavera
y se torna en otoño.
No se marchita tu carácter fuerte,
ni esa ternura hilada
en los telares del tiempo,
cuando el viento mecía con calma
la gracia de tu sonrisa.
La suavidad de tus manos permanece,
como el tacto de la porcelana;
y en la sombra serena de tus ojos
aún centellean recuerdos,
como luciérnagas obstinadas
negándose a partir.
En ti se guarda un legado de vida,
esa historia que merece ser contada,
aun cuando el tiempo, voraz,
intente llevárselo todo.
Porque hay siglos que no caben en los calendarios,
sino en la mirada de quien ha vivido
mil vidas en una sola.
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Autor:
Poemas De Una Mente Joven. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2025 a las 08:15
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1
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