Llegará el día,
en que esta ajetreada vida
me pase por los ojos,
y no pueda detenerla.
El día aquel se hará eterno,
ese en que todo amado ser me rece,
y los más odiados por fin me sonrían.
Llegará ese día, el día en que
mi espejo quede sin reflejo.
Volarán mis actos, mis bondades,
buscando inciertos el espacio
de la misericordia prometida,
mientras sufrire el alcance
de mis pecados que encadenan.
Tras el quebrado espejo, buscando la salida,
sufriré la angustia de la vista pérdida,
del ruido incesante de crujidos y llantos,
del vaivén del frío y el calor en tantos.
Y la oración hará su efecto;
se despejarán los hilos mal tejidos,
todo será luz, calma, paz y alivio.
Él estará ahí, mostrándome el camino.
Me aferraré a su mano
y seré feliz, como nunca lo he sido.
Y al echar a andar, giraré la vista,
buscando el espejo ya reconstruido,
y a través de él entenderé
que todo, todo tuvo un sentido.
Silvana Ibáñez
16/06/25
-
Autor:
Silvana Ibáñez (
Offline)
- Publicado: 20 de octubre de 2025 a las 00:07
- Comentario del autor sobre el poema: A todos..
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Antonio Pais, WandaAngel
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.