Durante un vibrato escondí
este silencio, profundo
la ternura del aroma,
crea este lugar seguro,
donde no olvido,
lo cálido, el sol,
quemando los recuerdos,
soy,
a través de esas ventanas quietas
encandilando siluetas,
llueven hojas secas,
que crean orquestas que doy.
En un principio de precipicio
la vida juega eterna en la espiral,
sombras luminosas
de un tiempo olvidado,
juegos diversos
desde el fondo de una fuente,
y trozos de cenizas
que recuerdan un paisaje.
El tiempo ve por mí
y es donde sueña la estrella
que comenzamos a creer,
en un instante de nebulosa
los ojos ven
adentro de los ojos,
vestigios del fuego,
supersticiones doradas,
y un espacio sin nombre,
ni lugar,
guardianes del eco del insomnio,
desdibujándonos, una y otra vez,
para volvernos, una y otra vez,
más puros,
atravesando nuestras pieles invisibles,
penetrando la ventana de dios
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Autor:
Kamar Oruga (
Offline) - Publicado: 20 de octubre de 2025 a las 00:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, WandaAngel, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Offline)
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