Miro el cielo desde mi balcón
y vuelvo a esa noche.
Tus lágrimas temblaban,
llenabas el aire de miedo,
de un futuro que no sabías nombrar.
Yo también tuve miedo,
pero del otro:
el de perderte.
Te hablaba,
intentaba calmar la parte rota
que cargabas desde antes de llegar a mí.
Prometí quedarme,
pero estar no fue suficiente:
no se puede sostener lo que no se deja tocar.
Tus palabras iban sin suelo,
tus acciones morían a mitad del camino.
Miro las estrellas
y es tu sombra la que vuelve.
Tus ojos, llenos de verdades negadas,
de mentiras disfrazadas de promesas.
Soñaste con amarme para siempre
y despertaste olvidándome.
No sé si fue egoísmo
o simple costumbre de huir,
pero heriste a quien estuvo
dispuesta a vivir por ti.
Entre nostalgia, asco, amor y decepción,
todavía te recuerdo.
Los días pesan menos,
pero los lugares que tocaste,
aunque fueron pocos,
siguen llevando tu nombre.
Francia.
Las estrellas.
Cada mentira que repaso,
preguntándome si algo fue real
o solo una ilusión bien actuada.
¿Por qué alguien rompería con tanto empeño?
¿Por qué la crueldad disfrazada de cariño?
Quizás siempre fuiste así
y yo solo elegí mirar la luz.
Me equivoqué contigo.
Lo veo ahora.
Qué ironía:
las estrellas que eran nuestro símbolo
ahora solo anuncian el recuerdo
de cómo me partiste en silencio.
Tres meses después
sigo aquí,
mirando el mismo cielo,
como si nada hubiera terminado.
Avi-
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Autor:
aviemas (
Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2025 a las 12:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais
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