Tus ojos verdes son para mí
refugio vivo y orgánico,
alivio de lo que perdí,
memoria de un mundo arcano.
Tus labios son delicia y sol,
un afrodisíaco sagrado;
los pruebo, pierdo el control,
dulce veneno encantado.
Tu saliva es néctar y flor,
poción de mágica ciencia;
provoca un dulce ardor,
vicio de amor y conciencia.
Tu cuerpo es deseo y temblor,
curvas de calma y locura;
templo donde habita el ardor,
y la pasión se hace pura.
Tu cabello negro al caer
es río nocturno y fragante;
su aroma me hace creer
en un misterio vibrante.
Tu risa enciende el lugar,
tu alegría es brisa en camino;
tu dulzura sabe sanar,
tu presencia marca el destino.
Tu sencillez es oración,
remanso de fe y sosiego;
un bálsamo al corazón,
milagro que siempre anego.
Tu compañía, bendición,
luz que mi alma reposa;
un eco de redención,
mi paz, mi Tunuyanina hermosa.
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Autor:
Orelac - el Arquitecto Verde (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2025 a las 11:32
- Comentario del autor sobre el poema: NOTA INTRODUCTORIA Este poema fue escrito probablemente en 2000 o 2001, cuando mantuve una relación con Nora Estevez. La relación no prosperó, pero con el tiempo Nora se convirtió en una destacada arquitecta y madre de familia, una persona que sigue inspirando admiración y respeto. Comparto este poema sin intención emocional; se trata simplemente de un ejercicio de reinterpretación de textos anteriores y de refinamiento de los mismos mediante inteligencia artificial.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 2
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