No puedes enseñar a bailar
al que no siente la música,
ni despertar
a quien todavía necesita soñar.
Yo lo supe tarde,
cuando el eco del amor se volvió silencio
y comprendí que el silencio también habla.
Dije su nombre con gratitud,
sin reclamo, sin espera,
como quien abre las manos
y deja ir al viento
que ya cumplió su mensaje.
Hubo días en que dolió soltar,
días en que el cuerpo buscó su sombra,
pero el alma sabía
sabía que todo termina
cuando empieza a florecer la conciencia.
Cuando la sombra recuerde la forma de la luz,
cuando el miedo se curve hasta parecer ternura,
entonces volveré a mirar atrás
sin peso, sin pena.
Mientras tanto sigo andando,
liviana, completa, despierta,
con los pies descalzos sobre la tierra
y el corazón encendido en mi centro.
El amor que buscaba en él
ahora danza en mí,
como una llama que ya no pide nada,
solo existir,
solo arder.
-Arih-
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Autor:
Arih (
Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2025 a las 02:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 0
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