¡Qué extraño! Crece no lejos
un jardín que entrega sueños;
sí, sueños en vez de flores
como frutos de ilusiones.
Y allá van los duendecillos
a recolectar racimos
de deseos que se cumplen
y aun canciones de las nubes.
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¡Qué extraño! Vive no lejos
un gigante espanta-vientos
que contra montañas lucha
y al bravo mar pone en fuga.
Pero es dulce con los niños,
es pan suave desde siglos;
tiene un galgo y una lora
y una esposa muy gruñona.
- -
¡Qué extraño! Baila no lejos
la princesa de los cuentos
más dulce y fresca que abril,
más preciosa que rubí.
Tiene al danzar la destreza
de ninfas y dulcineas,
y posee en su mirada
el fulgor de mil mañanas.
- -
¡Qué extraño! Canta no lejos
un ruiseñor en el cielo
donde expresa amor al hombre
todo el día hasta la noche.
Su canto es la maravilla
de pobres y monarquías;
su canto tiene el sabor
de los festines del sol.
-
Autor:
Enrique Fl. Chaidez (
Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2025 a las 02:31
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Genial tu preciado versar estimado poeta y amigo Enrique
Saludos afectuosos desde España
El Hombre de la Rosa
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