Como gotas de rocío,
recorrían su rostro
hasta caer a sus pies.
La pena se le agarró al alma,
sin querer.
De su pecho —abierto como una jaula—
voló una paloma blanca,
con una rama de olivo en sus patas.
Vuela en círculos sobre ella;
suelta la rama.
Ya no es la niña que era.
Sus manos carmesí
intentan contener
lo que ya se ha ido.
Un corro de lamentos la rodea,
como barrotes.
Le gritan con diferentes voces:
—¡Deberías recuperar ese soplo blanco!
¿Ha sido culpa del sino,
de un aciago capricho?
De eso, nada su saber entiende:
solo un misterio
ante el que ella asiente.
Rubén Romero Toledo © 2025 todos los derechos reservados
-
Autor:
_Incipiens_ (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 16 de octubre de 2025 a las 18:48
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 1
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.