Si te tratan con ternura, el cielo está a la vista,
Las estrellas están más cercas, y tu corazón,
late con tranquilidad, porque es seguro el amor,
y en ese respiro compartido, florece la esperanza.
.
Si te hablan con dulzura, la noche canta bajito,
el miedo se vuelve brisa, y el dolor, solo un suspiro.
Porque el alma se aquieta, cuando el gesto es bendito,
y el amor no se disfraza, sino que llega infinito.
Y se abre el universo en tu mirada serena,
como río que fluye sin romper la cadena.
Si hay ternura en el gesto, no hay sombra ni condena,
solo paz que florece… como luz en la arena.
Si te escuchan con respeto, la tierra se vuelve canto,
los silencios se transforman, en jardines de encanto.
Porque el amor verdadero, no exige ni levanta el manto,
sólo abraza lo que eres, y te acompaña en tu llanto.
Y el corazón respira sin temor ni frontera,
como fuego que danza sin quemar la madera.
Si hay ternura en el alma, no hay guerra ni espera,
sólo un tiempo sagrado… que a tu paso ni se altera.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.