Diario de una noche sin estrellas

nachosol

Diario de una noche sin estrellas

Sin luna y sin sombras la noche calla,
cápsula errante del tiempo y del olvido;
en su cristal se duermen los recuerdos,
como un soplo perdido.

Con una mano sostengo la cabeza,
mientras la otra, febril, se precipita,
garabateando sueños en la sombra
que la vela agita.

Mis ojos, aun cerrados, ven la niebla
teñirse en tonos pálidos y extraños;
allí florecen rosas de mi ensueño,
hijas del desengaño.

Noche y sombra, tormenta y desventura,
habitan en mi sueño sin aurora;
no quiero despertar, pues si despierto,
mi alma se evapora.

Qué triste es vivir y morir a un tiempo,
soñar despierto, y ver que el sueño muere,
ser un iluso errante entre las flores
que el dolor hiere.

Ríen las frías luces de la esfera,
y hay ojos que se cierran en el llanto;
vivir soñando ¡ay Dios!  es lenta muerte,
sin fe, sin manto.

Las campanas del Carmen, imaginarias,
tañen al paso del viento en desvarío;
los vencejos, cansados, se derrumban
sobre el viejo hastío.

¿Hay quien te ame más que yo, mi sombra?
Mi alma se hunde en su propio destierro,
y el viento mis suspiros y memorias
lleva al vasto averno.

El iris tiñe el aire de amargura,
y en su verdor mi espíritu se apaga;
la noche muere, el sueño se disuelve,
mi voz se embriaga.

Y así me extingo, en lenta despedida,
fundido al soplo oscuro de la nada;
ya no soy voz, ni sueño, ni esperanza:
soy sombra enamorada.

  • Autor: nachosol (Offline Offline)
  • Publicado: 16 de octubre de 2025 a las 13:49
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 0
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.