Mis mariposas,
recuerdo en el silencio,
porque no están.
Hoy no las veo,
quizás ya se han marchado
a otro lugar.
Hay más veranos
y dulces primaveras,
allende el mar.
Es muy posible
que el vuelo y la alegría
lleven allá.
A otras miradas,
de niños que precisan
comida y pan.
Para esos labios
y caras infantiles
que hay que besar.
Y para el hombre
que vive y que trabaja
pidiendo paz.
Todo es posible,
querida mariposa,
con tu volar.
Y es que esas alas
convierten, fantasías,
y hacen soñar.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/25
-
Autor:
Pyck05 (
Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2025 a las 11:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.