Sin la necesidad de ningún tipo de juramento,
sin esperar respuesta,
a todo el universo,
hoy y siempre:
A ti, que por la senda de la honradez, la lealtad,
la dignidad,
la firmeza y la disciplina,
permaneces indomable,
abriéndote siempre camino.
Que eres inalterable en tus convicciones,
y avanzas siempre bajo el abrigo
de la sencillez, la empatía
y la humildad.
Que caminas sin ceder
ante nada ni nadie,
que intente alterar o cambiar los principios
que han hecho de ti quien ahora eres,
y todo lo que te queda por escalar.
A ti, que te has caído
y te has alzado sobre ti mismo
las veces necesarias,
y te levantarías otras mil más.
Que sigues tu propio camino,
con dirección y metas claras,
plenamente consciente,
completo y presente,
desde tus pies hasta tu cabeza.
Por ser indestructible e inmutable,
y por poseer el mayor de los tesoros:
¡Ser tú mismo!
A ti, que caminas sin ceder
ante las tormentas del juicio ajeno,
que te has alzado de tus propias ruinas
y de tu propio desaliento has sacado provecho.
Que eres el artífice de tu propio destino,
el que día a día forjas
y perfeccionas con tus actos.
Espíritu libre de alma inquebrantable,
sin la necesidad de ningún tipo de juramento,
sin esperar respuesta,
ante el universo y el silencio.
A ti, van dedicadas estas letras,
y también estos aplausos,
por ser ¡tú, por siempre sí, indomable!
¡Tú, por siempre sí, indomable!
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Autor:
Jesús (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 16 de octubre de 2025 a las 02:34
- Comentario del autor sobre el poema: Este texto, queda dedicado a quien se identifique con él. Vaya todo bien por ahí.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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