He vivido, sí, con la fuerza de mil vientos,
crecido entre soles y algunos lamentos.
Dos años más y cincuenta, arrugas un mapa en la piel,
de risas, de lágrimas, de dulce miel.
Me casé, tejí sueños con manos jóvenes,
hijos, mi legado, mis eternos dones.
Divorcio, un río que cambió su curso,
independencia, mi faro, mi recurso.
No he tenido amores, quizás un espejismo,
he tenido amores, un eterno crisantemo.
Sigo adelante, con el alma serena,
errando y aprendiendo, mi propia sirena.
A veces la vida se torna un espejo roto,
otras veces un vals que bailo absorto.
No soy perfecta, pero soy real,
ni a todos gustaré, es mi carnaval.
Amigos que están, amigos que se fueron,
no vivo de nadie, mi alma es mi reino.
Siempre sonrío, aunque el alma se canse,
cada amanecer, una nueva danza.
Críticas, susurros que no me alcanzan,
Pero aquí sigo, con el alma que avanza,
con la frente en alto, sin mirar atrás,
cerca de los cincuenta, ¡y aún hay más!
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Autor:
Kmony Quiñonez(monina) (
Offline)
- Publicado: 15 de octubre de 2025 a las 11:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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