PERIPECIAS DEL HADA TITANIA (VI)
La cabaña de primeros auxilios y los bardos afónicos.
El Bosque Nevado solía ser un lugar de constantes sobresaltos gracias a Titania, un hada más célebre por su propensión a los tropiezos hilarantes que por su magia. Antes, las criaturas la evitaban, aterrorizadas por los destrozos involuntarios que seguían a sus caídas más aparatosas. Sin embargo, su propia torpeza, de la que siempre se levantaba con admirable resiliencia, forjó en ella una habilidad inesperada: la de sanadora.
Tras cada caída estruendosa, Titania aprendía algo nuevo sobre huesos rotos y heridas. Ahora, una nueva percepción florecía entre los habitantes del bosque. Las criaturas accidentadas acudían a ella con una confianza inusitada: un ciervo con una pezuña rota, un pájaro con un ala quebrada, un zorro con la cola enredada. La antigua y rústica cabaña del leñador se había transformado en un hospital improvisado. Con su media varita —la otra mitad se había partido en su caída más famosa— y un ingenioso surtido de hierbas y ramas secas, Titania aplicaba tablillas y cabestrillos con una destreza sorprendente.
Al principio, el leñador fruncía el ceño, molesto por el constante ir y venir de pacientes heridos. Pero la dedicación incansable del hada y la evidente necesidad de las criaturas lo ablandaron. Con el tiempo, él se convirtió en un ayudante eficiente, construyendo pequeñas rampas para los animales convalecientes y mullidas camillas de paja.
Un atardecer, una sombra inmensa bloqueó la puerta. Eran los bardos, un grupo conocido por sus estridentes y desafinadas canciones que, en ese momento, lucían narices rojas y ojos tristes.
- ¿Qué os sucede, amigos?, preguntó Titania con su voz suave, inspeccionando sus cuerpos.
-No tenéis extremidades rotas ni heridas visibles. ¿Qué os trae a la cabaña?,
Los desvalidos bardos, apenas capaces de balbucear unas palabras, le explicaron su repentina dolencia.
--Parece que estamos refriados. Tenemos el corazón mudo, gimoteó sinfokadio, el líder. No podemos cantar. El invierno se acerca y, sin nuestros gloriosos cánticos, el silencio del bosque será insoportable.
Titania miró al leñador. Sin mediar palabra, él recogió un puñado de hierbas aromáticas, las machacó en un cuenco de madera y añadió miel y unos frutos silvestres. Los acatarrados cantores bebieron la agradable pócima. Casi de inmediato, notaron una mejoría en sus gargantas.
Y entonces, ocurrió lo inevitable.
Los poetastros, exultantes, rompieron en un orfeón de aleluyas tan estridentes y lastimosamente desafinadas que resonaron con violencia por todo el Bosque Nevado.
Y cantaron…
“🎼Miii aaAABeEEetoOOO EEs el MáAAaaSSS veEEerrdDEEEE 🪉;
“🎼 yYyY tRRiIiInaAAan looOss ruIIiseñoreeEESS 🪉 (desafinando).
Los animales, horrorizados, se taparon las orejas y organizaron una comisión de afectados acústicos para suplicar a Titania una acción de emergencia.
-¡Por favor! Es insoportable este ruido- se quejaban las aves.
-Me duelen los oídos- protestaban los jabalíes.
-Detened ese escándalo. Hasta a los árboles se les caen las hojas horrorizados- añadían los corzos.
El hada comprendió al instante la angustia colectiva y, con un rápido y deliberado movimiento de su media varita, sumió a los vates en una afonía temporal.
El habitual ritmo del bosque —el murmullo del viento, el crujir de las ramas, el trino de los pájaros— retornó al instante.
- ¡Qué paz! Ha vuelto la armonía- reconoció Titania.
-Los trovadores se tomarán un descanso- añadió el leñador.
Y todos volvieron a disfrutar de una paz y tranquilidad forestal, al menos, durante un corto periodo de tiempo.
Titania había logrado algo que por una vez parecía imposible: un concierto de sones de la espesura que fue el mejor bálsamo para la sosegada pervivencia del bosque entero.
*Autores: Nelaery & Salva Carrion
-
Autor:
Nelaery (
Online)
- Publicado: 15 de octubre de 2025 a las 09:10
- CategorÃa: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Salva Carrion, Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z., Nelaery
Comentarios1
Nelaery
Laa lala laaa Laa
Lala laaa Laa Lala
Un beso y una guitarra
🦋🦋🦋
Un beso y un laúd.
🦋🦋🦋
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. RegÃstrate aquà o si ya estás registrad@, logueate aquÃ.