Insistir en un amor que nació sin destino,
es juntar sellos de una patria ya ceniza,
polvo de mapas donde el tiempo fue asesino.
Contigo urdí cuentas alegres, risas sin orilla,
sin ver la sombra larga que el mañana tejía,
la cruel moneda falsa de una dicha sencilla.
Flaka, perdona este murmullo bajo, esta tardía pena,
no por soltar tu mano ahora, como hoja que serena
cae del árbol herido, sino por la larga cadena
de horas muertas, de un ayer que ya no suena.
No por este adiós que ya olía a sombra y a vacío,
sino por los días que se nos fueron, río sin navío,
inútilmente juntos, dos fantasmas sin brío,
huyendo ciegos, pájaros sin nido.
Por no escuchar la campana de la fuga, su bronco llamado,
por creer que tu alma era mía, un jardín amurallado,
un tesoro seguro, de mi anhelo forjado.
Por no haber sabido arrancarme a tiempo, raíz de tu costado,
por haberte creído demasiado mía, error desesperado,
espejismo cruel que el alba ha desterrado.
m.c.d.r
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Autor:
m.c.d.r (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de octubre de 2025 a las 03:48
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2
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