En tu centro azucarado.

Se acercaron al mismo tiempo, acariciandose el alma con las manos,
el miro sus labios por un segundo y ella lo beso intensamente, como un lienzo besa al pincel, quieto y esperando cada roce de su pintura, con el deseo que una obra de arte, tiene al recibir a su autor en su alma.

Los rozes no se hicieron esperar, ella se desnudo frente a el, mostrandose insegura de ser juzgada, el nectar de su deseo entre sus piernas corrompio la inocencia de la ignorancia del uno sobre el otro, invitandolo a profanar su cuerpo, importando poco si era una ni;a o era una puta, el ardiendo en deseo, comenzo a besar su entrepierna, consumiendo en cada lamer, el suave jugo de su exitacion, acariciando su clitoris, con la lengua dilatada, comenzo a introducir dos dedos en su vagina, memorizando con cada llegada, en el interior de su centro azucarado, mientras su miel le ba;aba la mano, su boca lamia y succionaba por igual, intercambiando el alma con el placer, que a ella le genero su presencia dentro de ella.

La falomania de ella, le hacia desearlo dentro, pero aquello era demasiado satisfactorio como para querer que terminara, su cuerpo arqueado por el placer, comenzo a soltar suaves e inevitables gemidos, asegurandole que lo hacia bien, el comenzo a hacerlo de forma mas intensa, inspirado por la respuesta de sus delicados alaridos, sometio su alma al placer mas puro de una amante en celo, deseando sin pensar, que aquello no terminara nunca, su suave alma comenzo a llover, sobre el rostro exitado de su desalmado amante, suponiendo que todo terminaria ahi, ella arqueo las piernas, dirigiendose a su erecto pene, mientras decida se aventuro a devolverle el favor, sin llegar a pensar, que precisamente ese gesto de simpatia, la mojaria por una segunda ocasion.

Hasta que emocionada con el en su boca, abrio sus piernas invitandolo a disfrutar de ella, de la misma manera que la hizo estallar con antelacion, corrompiendo la poca inocencia, que solo sus ignorancias mantenian, iluminando aquello, con el deseo de un desalmado hijo de puta y el celo de una puta juntandose bajo una satisfactoria casualidad, volviendo a reconocer el interior de su ya explorado centro, mientras esta vez, ella disfrutaba de el en su boca, combinaron sus espiritus a traves del placer que ambos se provocaron, profanando la tierna inocencia de su inconciencia, pudieron mezclar sus almas a traves de nectares dulces y fluidos de azucar, odiando al tiempo, para que esto nunca terminase y siendo los dos, cada vez mas violentos, a medida el placer aumentaba, hasta terminar en sus respectivas bocas, como un milagro, de leche y de miel entre sus piernas.