Cuando la poesía
sirve solo para
entretener,
no vale.
No es poesía.
Destruyéndonos, así hemos vivido. La frase es de Cortáza, un escritor y poeta que pasó hambre y supo de miserias en la llamada Ciudad de la Luz, París. ¡Y qué bueno que supiera de esas miserias! porque es de lo que se alimenta el alma en aquellos que quieren saber de verdad qué es vivir. Y vivir, siempre lo digo, no significa sólo existir, estar o permanecer. El hombre, con el tiempo, ha descubierto horrorizado que desde que sabe que va a morir ya no levanta la cabeza ni mira de frente a nadie y menos aún mira a la cara ni a los ojos de las personas. Toca entonces preguntarse a uno mismo si hasta que ha llegado ese momento hemos vivido para alguien, ¿Alguien se ha preocupado?
El hombre sabio es el de pocas palabras, no porque le falten éstas sino porque las que tiene las mantiene siempre guardadas, oculta contra la oxidación de estos tiempos. Éstos no son ya aquellos otros instantes de la vida de muchos seres, no. Dale unos cuantos versos a un hombre y se creerá que es el Señor de la Creación. Algunos pensarán que con éstos y gracias a éstos podrán incluso hasta andar por encima de las aguas. Afortunadamente el mundo, este mundo, se puede arreglar solo y sin ellos. Hay personas que cuando las leemos es como si estuviéramos frente a ellas; las voces en forma de abrazos de escritura que se acercan a nosotros y nos llegan con sonido de voz íntegra, humana. Por eso cuando leo, como ahora, al escritor colombiano Fernando Vallejo uno escucha lo que quizás media vida ha estado queriendo oír y por ello también todo tiene un significado inconmensurable, todo sabe a vida. A veces nos detenemos, me detengo, a leer ésas sus frases y me paro a buscar sus significados y lo que me doy cuenta es que de lo que expone y dice me hace al mismo tiempo ver que lo que yo pensaba no tiene el mismo significado, entonces no me paro a pensar qué piensa él y por qué piensa así sino que me detengo a pensar por qué yo pienso diferente. “Uno no escribe lo que quiere, sino lo que puede”, es una de sus frases y aquí estoy yo analizando del por qué mi manera equivocada, o no, de pensar inadecuadamente. Quizás dijera esto a partir de cuando volvió a Colombia sólo y exclusivamente para escribir su novela “El don de la vida” y de la que dijo, en su momento, que una novela así sólo se puede escribir desde la vejez y desde la cual, también, se ve toda la vida humana. De todo lo que escribimos sólo sobrevive la memoria y en su caso la tinta con la que escribimos y dejamos rastros de aquella.
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2025 a las 16:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez
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