**~Relato: La Lluvia de Lágrimas~**

Relato: La Lluvia de Lágrimas 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

¨La lluvia en frenesí en lágrimas que dan grima 

si es la lluvia de lágrimas en los propios ojos de Lluvia¨.

Lluvia es una joven de apenas veinte años. La lluvia cae desde lo más alto de sus propios ojos de color azul. La lluvia desparramó sensualidad, ¿qué sensualidad?, si todo era tristeza, aciago porvenir, y funesto desenlace. Lluvia hace desaparecer la magia en sus propios ojos de color azul cuando aparecen las lágrimas como todo el mar azul en sus propios ojos de color azul. Lluvia con la lluvia en sus ojos caen desde lo más profundo de su alma. Lluvia y la lluvia de lágrimas se descarrilan hasta hacer llegar a su boca lo que provoca un mal sabor y un agrio sabor. La boca de Lluvia está llena de ansiedad, estrés y de penumbras en soledades y se debate una ira insospechada quedando claramente e inherentemente adherida al cielo lleno de lluvia y tempestades. La tormenta se desató entre el camino y los ojos de lluvia dejando inerte al silencio llenos de iras y olfateando a un tufo lleno de alcohol. 

Lluvia se dice para sí que…

-No, no puede ser-, 

Lluvia caminó cerro abajo entre penumbras y sombras de soledades desiertas, pero, alumbrando todo alrededor con la luz de sus propios ojos. Los nervios de Lluvia se apoderan de su cuerpo, de su psicosis y de su neurastenia. Lluvia bajó el umbral cercado de arena y resbaló en el último umbral, Lluvia se repuso y tomó un tiempo para pensar e imaginar que un rumbo está por perseguir su camino desierto y tan oscuro como la noche a media noche. Lluvia no se siente capaz de mirar en dirección directa como la ansiedad que en el corazón se debate cuando en el alma y en el corazón se siente como pasaje de ida y sin regresos. Lluvia pernoctó más y más en el camino oscuro lleno de ansiedad y de opaca luz. Un hombre la persigue desde que cayó en el último umbral y la persigue más y más cuando en el afán de caer rendida y Lluvia solapada a aquel último umbral cuando no piensa ni imagina ni tan siquiera sospecha que un hombre la persigue desde hace mal tiempo. 

-No, no puede ser-, se dijo Lluvia, otra vez…

El hombre despojó sus vestiduras, le rajó el tiempo, la vida y le perforó el corazón en trizas. El hombre le dejó a Lluvia pesarosa la vida, un hilo de sangre, un vestido roto, como roto y compungido el corazón. El hombre dejó una lluvia de lágrimas en los ojos de Lluvia y una lluvia como tormento y tempestad cuando en el alma y en el corazón se despojó el alma, la vida y el corazón. La lluvia de lágrimas caen desde lo más hondo de su ser, cuando un hombre la violó a merced de la noche oscura y en tinieblas desatando la furia en fuerza bruta por un hombre ebrio. Lluvia caminó cerro abajo y cruzó el próximo umbral y también en el último umbral se resbala y cae, cuando otro hombre la persigue y ella se dice para sí que…

-No, no puede ser-.