Desnudo tu silencio con mi boca,
y beso la frontera de tu pecho,
mi labio es llama, altar, delirio estrecho,
que al roce de tu piel sinfonía toca.
Tu cuello es mi plegaria que sofoca,
tu vientre, mi ritual, mi dulce lecho.
Te beso y hasta el tiempo queda deshecho,
y el mundo se disuelve en esta loca
pasión que me consume sin medida.
Tus muslos son mi templo, mi destino,
y en cada beso nace nueva vida.
Te adoro sin pudor, sin ley, clandestino
mi boca es sacerdotisa encendida,
y tú, mi dios de carne, mi camino.
Todos los derechos reservados©
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Autor:
Annabeth de León (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2025 a las 20:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Mª Pilar Luna Calvo, Tommy Duque
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