Maldigo del alto cielo
la mujer que me ha parido;
la familia que he tenido
maldigo con desconsuelo.
Maldigo el terroso suelo
donde poso mi pisada.
Maldigo mi senda errada,
maldigo mi paso lento,
maldiciendo todo intento
de pausa en una parada.
Maldigo en este momento
mi soledad compañera.
Maldigo mi alma guerrera.
Maldigo mi pensamiento,
maldigo mi sentimiento,
maldigo mi inteligencia,
maldigo con impaciencia
todo impulso racional.
Maldigo toda moral
que me tiene con conciencia.
Maldigo las tierras bellas,
maldigo las estaciones:
el verano y sus pasiones,
primavera y sus estrellas,
el otoño con sus huellas
y el invierno con su frío.
Maldigo al viento bravío,
maldigo con ufanía
y maldigo la agonía
en mi corazón vacío.
Maldigo las profesiones:
yo maldigo a los poetas
y sus ideas inquietas
que embriagan los corazones.
Yo maldigo las pasiones
mientras mi pecho se parte.
Yo maldigo todo el arte
que me tiene enardecido,
y mi falta de sentido
y mi forma de idearte.
Maldigo con mi alma herida
los pesares que he cargado
y maldigo mi pasado
y mi penitencia en vida.
Con mi voz enardecida,
maldigo el sentido humano.
Maldigo al dolor tirano
que me tiene estas cadenas.
Maldigo con bravas penas
alzando mi brava mano.
Maldigo desde mi pecho
la maldad sobre la Tierra.
Maldigo mi propia guerra
haciendo sepulcro estrecho.
Maldigo mi suave lecho,
los sueños y su fragancia.
Maldigo la vigilancia
de mi insomnio por las noches
y maldigo los reproches
de mi dolor con constancia.
Maldigo en la noche el día,
y a la noche si despierto.
Maldigo mi llanto muerto
y mi lúgubre agonía.
Maldigo toda alegría
que me espere con ternura.
Maldigo toda hermosura
con un quejido profundo;
con un quejido iracundo
maldigo toda criatura.
Maldigo toda belleza,
maldigo mi fealdad.
Maldigo toda beldad
de toda naturaleza.
Maldigo con mi tristeza
mi bajeza en cuanto a altura,
y mi perpetua tortura.
Maldigo con sed ardiente
las aguas del continente
que están llenas de basura.
Maldigo lo que se mueve,
maldigo la fauna y flora.
Maldigo al monte que dora
el sol quemando a la nieve.
Maldigo más cuando llueve,
cuando todo está nublado.
Maldigo haberme confiado
de este mundo traicionero.
Maldigo del embustero
mundo que así me ha dejado.
¿Cuánto más me quedará,
desde este instante fecundo,
de tiempo en este cruel mundo?
¿Cuándo mi dolor se irá?
¿Cuándo, tiempo, cuando va
mi cuerpo a la sepultura?
¿Cuándo iré a la tierra dura
a descansar de mis penas?
¡Tráguenme tierras y arenas
mientras mi voz las apura!
-
Autor:
Fabio de Cabrales (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 13 de octubre de 2025 a las 00:11
- Comentario del autor sobre el poema: Bueno. En este poema me robé el primer verso de una composición de Violeta Parra. He usado la décima espinela por seguir con ello. Solo me he robado el primer verso y el tema de la canción, solo que yo lo he exagerado.
- Categoría: Humor
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Mª Pilar Luna Calvo, Éusoj Nidlaj, Santiago Alboherna, Hernán J. Moreyra, Jaime Correa, Antonio Pais, Freddy Kalvo, Annabeth de León, Javier Julián Enríquez, El Hombre de la Rosa, Poesía Herética, Llaneza

Offline)
Comentarios5
Tiene gracias que pongas que es de humor, por tiene el sentimiento trágico de la vida, estupefacta me he quedado, un abrazo.
Es que no sabía cómo catalogarlo. Es como una paráfrasis a Violeta Parra desviando el tema.
uauuu mi amigo, qué versos ! q fuerza, q convicción, q belleza estilística, q sinceridad x no plagiar, q profundidad de pensamiento, q planteos filosóficos tan fuertes, cuanta poesía ! recuerdo haber sido de crítica dura con vos, pero hoy me rindo ante la belleza y potencia de este notable poema, y me quedo pensando en tu planteo de vida ...
Hmmm... No sé la verdad. Únicamente he tomado el primer verso de Violeta Parra (que, cabe añadir, en su tema toca un pesar más amoroso, mientras en mi poema el pesar tiene que ver con el Yo, el individuo) y me las he intentado ingeniar. Creo que me quedó flojo y redundante.
no lo creo, pero te digo x qué; porque en este poema, la redundancia es correcta, forma parte del mensaje, y le da potencia y una beligerancia necesaria, me parece
Buena ironía en tus décimas espinelas mi estimado Fabio.
Un abrazo fraterno.
Agradezco a Violeta Parra.
Que estupendas e ingeniosas espinelas.
Querido amigo poeta. Eres un maestro en el versar.
Saludos y un gran abrazo 🤗
No lo creo. Me siento redundante y todavía me falta aprender. Por algo pierdo cada concurso de poesía en que me meto. Saludos!!
Tu trabajo es muy admirable amigo, en verdad. Abrazos!
Genial tu preciado versar estimado poeta y amigo Fabio de Cabrales
Saludos afectuosos desde España
El Hombre de la Rosa
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