Relato: En un Bar Cercano a Usted
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
-¨Las penas y los dolores de un hombre ebrio
en un bar cercano a usted
yace con el vaso de ron entre sus labios heridos de amor
y de dolor y todo por el amor de una mujer¨-...
La llave del negocio siempre está debajo de la puerta y el bartender Pedro toma la llave y abre en silencio eterno la puerta que cruje a leña una puerta vieja de soplo de madera del ébano. Pedro mira en dirección directa, sí, hacia adentro de la puerta del ébano que cruje como la leña en la hoguera y halla a todo un bar desierto. Pedro dice que…
-Sí-,
Entonces, Pedro abrió la puerta en un bar cercano a usted para servir copas de vinos, champagne y ron.
-Si me siento bien, pues, me llaman las luces que cortan a la piel y a los ojos entre luces de colores-, se dijo Pedro.
Un transeúnte entró en un bar cercano a usted y le dijo a Pedro que…
-Dame un vaso de ron-...
Él era un transeúnte y pernoctó dentro del aquel bar cuando sus penas y dolores yacen en el vaso vacío de ron. El hombre dijo que…
-Me muero aún, por una sola mujer que me dejó solo y abatido en el alma y me dejó el corazón destrozado de penas y dolores cuando se fue con el otro-.
Pedro lo observa y lo mira, si Pedro está acostumbrado a observar cada pena y dolor de un ebrio que pernocta y que acude a un bar cercano a usted. Pedro, acongojado de pena y dolor, sí, por el dolor y la pena del sentir del ebrio desnudo de sus propios sentimientos, si yace aquí el ebrio desnudo de pena y dolor, sí, de sufrir y de llorar por una sola mujer en el corazón y en el alma. Pedro lo mira y lo observa más y más cuando en el bar cercano a usted yace el ebrio sin debatir una pena ni diferir un sufrir. Sí. allí, está el hombre desnudo de pena y de amarga agonía, cuando en un bar cercano a usted, yace el hombre que pernocta en un bar cercano a usted o en el negocio de Pedro.
-Sí, dame otro vaso de ron, pero, doble-...
Pedro, lo mira y continúa observando desde otra perspectiva de asombro y de una manera de ser él, el hombre sobrio y él el hombre ebrio y que Pedro lo deja embriagar llenando su vaso de licor y de ron del bueno.
- ¡Oh, me muero, por el amor de ésa mujer que me dejó en trizas el corazón!-...
Pedro continúa observando la manera de ver y de atraer el dolor a su solo corazón cuando en el alma y más en su desprecio hacia el mundo dejó caer el vaso al suelo y se ha roto en mil pedazos y el hombre borracho se dice para sí mismo que…
-¡Oh, ésa mujer me ha hecho ser un guiñapo de hombre!…-
El hombre ebrio pide perdón por lo sucedido del vaso roto en el suelo. El hombre paga dejando un billete grande por el importe de los vasos de ron, propina y el vaso roto y prosiguió camino abajo, cuando en la penumbra y con sombra en el camino lo acecha todo el mal porvenir. Pedro lo mira y lo observa más y más cuando en el camino lleno de sombra, oscuridad y de tenebroso instante se debate en gran sombra con un delirio delirante de creer en el alma desierta cuando el rumbo a seguir llegó a una casa donde se haya a ésa mujer. El hombre ebrio le dice a la mujer que ama que…
-Perdóname, mujer, pero, es que yo la amo aunque sea un hombre vestido de mujer-...
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2025 a las 00:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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