De sobras lo sé,
de sobras, y lo su
piste desde el pri
mer sorbo, la pri
mera ceniza des
prendida del chuzo
de punta que utlili
zaste para matarme.
De sobras, y una colegia
la sudada, recién salida
de un gimnasio sin ducha,
me besó la espada desen
vainada a la sazón.
De sobras, y tú, callada
como puta por rastrojo,
sucumbiste de rodillas de
lante de mi desdén, vergüen
zas al aire, rezando sobre un
príapo venido a menos, carga
do de balas que no salen.
De sobras, y me mataste de
madrugada, cuando la cama
era inconsciencia, cuando un si
lencio tan denso como nata
fresca, y el hambre en tu boca
se hacía miel y rosas, sí.
De sobras, y eso que confié
en tu intuición —como dijiste
que hiciera, hasta el arrodilla
miento— y me equivoqué de
hoz a coz, desde la e hasta la
ese e final del verbo equivocar,
y todo por confiar en ti, por
pensar que tu humillación fue
simbolo de derrota, y que a un al
ma derrotada en ningún caso le
cabe levantarse y morder de una
manzana prohibida.
De sobras lo supe, e incluso,
para tu sorpresa, antes de que
te acercaras a contarme, de
que abrieras la boca para pro
nunciar la primera letra de un
sintagma maldito, uno, adscrito
a una frase, que te llevó a la cár
cel. a la postre, tras el peritaje po
licial y la tramitación del caso.
¿Necesitas algo? Dímelo porque
ahora tengo unos minutos para
ir a verte, para que me cuentes
sin pelos pero con señales cómo
llevas eso de levantarte a las seis
de la mañana en invierno y recibir
una ducha fría, y correr en la arga
masa adusta de un patio sucio, con
chicas en cuclillas sobre aquella
pared y miradas perdidas a lo lejos.
-
Autor:
Albertín (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 12 de octubre de 2025 a las 15:18
- Comentario del autor sobre el poema: Lo que viene detrás de un arrebato...
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 2
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.