Romance a una noche muy larga

Santísimo

       Jueves noche, el tiempo, la culpa y yo

¡Lo sabía! ¡Yo lo dije!

Digo... explotó todo anoche.

Tan de improvisto ocurrió,

que el tiempo se hizo de un ocre

de inverosimilitud.

Un color de hediondo porte

y tremendamente austera

forma. Vino con un corte

de fiera, amenazador;

(poco más y a mí me come)

el cabrito vino a ver

y ver ese vino "corre,

que te corre" en vivas venas.

Usó ferias de soporte

de algo que estiró él, invicto

hasta encontrar este dónde,

donde tuvo que soltarlo.

No fueron mujeres u hombres

sí el tiempo enquistado en sombras

es el que todo lo jode.

Mujer y hombre (fueron dos)

hincaron su orgullo y estoque

en el tiempo, y ahí dejaron

que enmoheciera, en un sobre

aislado (como si nada).

Y me hirió apenas un borde,

y es que al final solo soy otro

damnificado que absorbe

las consecuencias robustas

de mal germinado brote.

Ayer nacieron a la una

mi acto y mis conversaciones:

di la razón, la quité,

di consejos y razones.

Creo que hice lo que pude...

No distingo los colores

(Aseguro, por daltónico)

de si serené dolores

o si los acrecenté.

Creo que no cambia poses

lo que hice, ya se eligieron

bandos ¿Por qué sigue entonces?

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