AÑORANZA

Me he sentado aqui,
a la orilla de la nada
y junto a todo,
para intentar plasmar
en fondo blanco,
los símbolos oscuros
que logren expresar
lo que con agitadas contracciones
mi corazón logra inyectar
a cada rincón del alma
cuando te pienso.

Sentado aquí,
sin más compañía
que mi pluma y tu recuerdo,
me logro sumergir
por completo
al fascinante universo
de la nostalgia.

Me doy cuenta,
que no importa
cuantos poemas se escriban
ni cuantas canciones nazcan,
jamás lograré plasmar
en este lienzo
lo que tus pupilas
preñadas de hermosura
grabaron indeleblemente
en el rincón más blanco
de mi ser.

Que más da
Que tu cuerpo se halle lejos
si te tengo aquí conmigo,
en cada flor que respiro,
en cada estrella que abro,
en cada ola que rompe
el silenıcio de la roca
en que me siento a pensarte.

El mundo fascinante
de tus labios
pertenece por completo
a la fuente cristalina de mi mente;
A donde acudo desesperado
Con mi copa colmada de ternura,
para vaciarla en ti
y embriagarme hasta morir
en el dulce cáliz
de tus besos.

No hace falta leer
mi pensamiento
para saber que en él
posicionas tu morada;
Ni hace falta abrir
el templo de mis ojos
para ver que la diosa
que dicta ahí su voluntad
Eres tú.

Solo escribo todo esto
para hacer una oración
a tu belleza,
un salmo al más puro sentimiento
que me provoca tu mirada
cada vez que busco
en tus ojos
el camino para llegar
A tu alma.

Hoy me he dado cuenta
que el mar no canta
si no estas tú para escucharlo.
Que el cielo renuncia
a su majestuosidad
al faltar tu mirada
para observar
la profunda belleza
de su negro manto.

Hoy he podido comprender
la abismal diferencia
que existe
entre el aquí y el ahora
entre reflejarme
en tus pupilas soñadoras
y el soñar con la realidad
de tu mirada.

Es simplemente fascinante
el saber que hoy
he aprendido a extrañarte.

22 enero 1998