Deseo que devora
¿Y qué me da
si mis versos sangran rencor… hambre…
gota a gota…
como tu cuerpo que aún me habita… me quema…
No estás
pero tu sombra se enrosca en mis huesos…
me muerde el aire… incendia mi boca…
cada palabra que escribo
un gemido robado
que arrastra tu nombre hasta mi piel…
Qué me importa tu ausencia
si hoy respiro en la lengua del hambre…
esa donde tu recuerdo me arrastra…
me rompe…
me posee más que tu presencia alguna vez lo hizo…
Mis manos buscan tu piel…
mis labios gritan tu memoria…
mis versos se vuelven territorio prohibido…
mapa insomne de tu fuego…
yo, prisionero de tu deseo…
no sé si amo o me consumo…
si te busco o me destruyo…
Ni pausa…
ni silencio…
apaga este incendio…
solo queda arder…
solo queda devorarte…
Cada respiración…
cada palabra…
cada latido…
cada grito…
de este cuerpo que no te olvida…
que no puede…
que no quiere…
soltar…
<><><><><><><><><><><><><><>
TU DIOSA HERMOSA
Oh, deidad que quema al alba con tu mirada,
tan feroz como Venus, en fuego concebida,
del sol brotan tus ojos, brasas de mi jornada,
y en tu andar se rompe la primavera herida.
Tus cabellos, cascadas de oro y tormenta,
el viento los enreda, y el aire se suspende;
tu risa, arpegio cruel que al alma atormenta,
despierta mil delirios que mi carne comprende.
Eres el Olimpo hecho piel y provocación,
cúpula divina que quiebra toda norma;
los dioses se inclinan ante tu insurrección,
pues traes el cielo y el infierno en tu forma.
Deja que este mortal, prisionero de tu fulgor,
se pierda en tu condena, entre deseo y fatalidad;
si verte es un castigo y rendirme es tu amor,
prefiero mil muertes bajo tu imán de verdad.
-
Autor:
Wii (SeudĂłnimo) (
Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2025 a las 00:00
- CategorĂa: Amor
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez, Mauro Enrique Lopez Z., Josué Jaldin, alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. RegĂstrate aquĂ o si ya estás registrad@, logueate aquĂ.