Capítulo Glíglico

Felicio Flores


AVISO DE AUSENCIA DE Felicio Flores
Estoy escribiendo una novela.
Gracias por leer.
Saludos.


Apenas él le amalaba el noema, 
a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias,
 en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes.

—Julio Cortázar 


Le amansalaba la vasila
con la punta de la visola,
envuelta en rosas y ampolas.
Ella se amonotaba sobre mí,
como una safiera engalocipada.

Tenía la sed de un gáfruno,
y el hambre de un ávida.
Ella, el fuego del sóplano
incrustado en sus pietrizones,
la furia tormielada
en medio del bulboceráseo.

Su mano en la mía supretada,
los cuerpos entrepalados;
dedos en la sicumbra de la boca,
dibujándola una y otra vez
hasta el crémbulo
de un beso engalapitajado.

Yo sujeaba sus muslos
de tierra hendulia y perfumada,
ella, en mi escaparalda,
hundía sus uñimerías
y me decía que me amaba
con los ojos enhamparados.

La quise y me quiso
hasta el fin de los cariompes.
Fuimos juntos una estriope;
una sola carenola,
un solo beso de buenas noches.

—Felicio Flores.

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