Manual para leer un libro que no habías querido leer

Crisanto Salazar G.

A veces, nos encontramos ante la necesidad de leer un libro que no deseamos. Sin embargo, debemos hacerlo, ya sea para estar en sintonía con nuestros colegas y mantener una sabia amistad. O bien, para satisfacer una sana curiosidad de una clase de literatura. O simplemente, porque sabemos que los otros ya lo leyeron y, quizás, porque no queremos estar desprevenidos ante la pregunta del millón de pesos que todo mundo conoce.

 

Primero, coloca el libro en tu lugar favorito de descanso. Asegúrate de que la portada esté hacia arriba y que su título se distinga desde lejos. Si te resulta difícil, conspira con alguien de confianza para que lo haga por ti. Pídele que coloque el libro allí en un momento en que no te des cuenta, como si fuera una broma de buen gusto que sabrás perdonar.

 

Segundo, no tomes el libro de inmediato. Míralo desde lejos y finge desconocerlo. Muestra cierto interés, pero no lo toques. Continúa con tus actividades habituales, como disfrutar de una taza de café recién preparado. Huele y suspira, mirando de reojo. Haz que el libro desconozca tus intenciones.

 

Tercero, termina tu taza de café y antes de último sorbo, plantéate las mil y una pregunta que pudieses responder respecto al color, tamaño, formato, dimensión y peso. Saca cuentas del tiempo y de lo que tendrás que dejar de hacer para leerle. Ignora el título y el autor, ya que estos suelen engañar a cualquier lector incauto.

 

Cuarto, intenta tomar el libro con tu mano derecha y colócalo a una altura conveniente entre tu pecho y tu vista. Haz que tu mano izquierda sopese lo mismo que tu mano derecha. Mantenlo así por cierto rato, no mires a ninguna otra parte, que no se el libro entre tus manos.

 

Quinto, con tu mano derecha, inclinación hacia arriba que hasta el pulgar de tu mano izquierda lo encuentre. Los pulgares casi se tocaran, mientras los meñiques y anulares iniciaran una silenciosa discusión sobre la mejor postura en el lomo del libro.

 

Sexto, el pulgar izquierdo jala portada y páginas hacia la izquierda, soltandolas una a una, provocando un aroma a madera recién cortada. No muevas la cabeza; mantén mirada y el olfato en el movimiento de las hojas. Suspira, no te contengas, absorber todo. En ese ir y venir de páginas, el autor, título y subtítulos se revelarán, dejándose ver de una y mil maneras. No desesperes; mantén la paciencia, recuerda que es un libro fuera de tus expectativas de lector.

 

Séptimo, encuentra tu mejor postura de descanso, asegurándote de que tu cuerpo este cómodo para el tiempo que planeas dedicarle a la última taza de café.

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Comentarios +

Comentarios1

  • Silvana Ibáñez

    Seguiré los pasos, luego del primer impulso!!



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