Me envuelve el pánico.
Qué terrible laberinto etéreo,
maldito nudo idílico.
Me ahogo… no sé si podré soportarlo.
¿Debo empezar a correr?
Inicié una carrera que no sé si podré terminar.
Es inexorable recordar la inefable magia
de nuestros cuerpos al rozarse.
Maldita limerencia en la que me consumo.
Noche lúgubre, noche de pensamientos oníricos.
¿Y si solo soy yo? ¿Si este sueño es solo mío?
Shoganai, repito una y otra vez.
Qué idiota… deseo sentir su palpitar eternamente.
Me siento una nefelibata, perdida
entre nubes de rosas y chocolate.
Ser alba y anochecer, tu sí y tu no.
Nostalgia… solo no lo toques hoy.
Borra aquella dama de su memoria.
Quiero ser solo yo en su pensar.
No quiero un beso que la traiga de vuelta;
si has de borrar los besos que ella le dejó marcados,
bórralos.
Que se graben los míos,
pero que sean solo míos,
de nadie más.
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Autor:
Jenn Caicedo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 10 de octubre de 2025 a las 11:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Poesía Herética, ElidethAbreu, Carlos Baldelomar, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR
Comentarios1
Hay cosas que por más que se desee, son imposibles de borrar y olvidar.
Se podrá seguir adelante, pero los recuerdos quedarán marcados a fuego para siempre!
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