Aún recuerdo esa frialdad amarga,
y esa tu dulce voz con la que,
sin piedad, destrozaste mi ser,
con la que rompiste todas
esas ilusiones y promesas vacías
que ahora no son más que un eco en el viento
de todo lo que pudo ser y nunca fue.
Por tu cínico egoísmo
decidiste elegir a alguien “mejor”,
que no cumplió lo que anhelabas.
Y ahora, arrepentida, buscas
eso que tanto rogué y rogué,
y que por tu culpa solo dejó
la duda de qué hubiera pasado
si no te hubieras ido.
Y ahora que brillas con tu ausencia,
extraño todo de ti:
tu mirada tierna y amorosa,
tu cálida sonrisa,
tus ojos hermosos como la noche,
tu calor, tu humor,
que siempre me sacaba una sonrisa.
Y esa melodiosa y dulce voz
que ya no pronuncia mi nombre,
que ya no se dirige a mí.
Y ahora solo observo todo,
todo aquello que alguna vez fue mío,
y que ahora pertenece a alguien más.
Y aunque intentes enmendar tu error,
ya nada es igual.
Nada de lo que antes
era dirigido a mí permanece;
ahora se convirtió
en un vacío que ya no me causa emoción.
Y por eso...
te odio.
Te odio porque solo me llenaste de ilusiones
que sabías eran dulces mentiras.
Pero al final de todo,
te sigo buscando y llamando en mis sueños,
porque en el fondo te amo, te amo,
y siempre te amaré, aunque ahora
eso solo sea un fantasma
de lo que alguna vez sentí por ti,
que ahora solo es un bello
recuerdo de lo que alguna vez fue.
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Autor:
lost (
Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2025 a las 04:36
- Comentario del autor sobre el poema: Para mí, este poema es un grito del corazón herido: habla de amar y perder, de odiar y extrañar al mismo tiempo. Es la lucha entre lo que sentimos y lo que la vida nos arrebata.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mario Rodolfo Poblete Brezzo., Mauro Enrique Lopez Z.
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