Tu nombre aún vive en mi pecho,
aunque tu voz ya no me llame,
es un eco suave y deshecho
que en mis noches siempre arde.
Te fuiste sin cerrar la puerta,
dejando el alma entreabierta,
y cada recuerdo que despierta
es una herida que no acierta.
El viento roza donde estabas,
el aire guarda tu perfume,
y aunque mis manos no te alcanzan,
tu ausencia llena todo el rumbo.
Amar fue un fuego sin descanso,
arder fue mi única fe,
pero amar también es quedarse solo
cuando el otro ya no ve.
No hay regreso para este viaje,
ni cartas que puedan salvarnos,
solo el silencio… y este paisaje
donde tu sombra sigue abrazando.
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Autor:
JOTA__ (
Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2025 a las 17:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, benchy43, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, MISHA lg, Carlos Baldelomar
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