el falso odio de mi corazon

Ingrid Calmet

 

Pasé años pensando que lo que sentía era odio,que mi corazón estaba lleno de rencor.

La verdad es que no era así:
mi mente no dejaba de recordarme el daño,
como si cada recuerdo fuera una herida
que se abría una y otra vez.

 

Yo quería amarle, de verdad que lo quería,
pero mi cabeza se interponía.
Cada vez que mi corazón gritaba
“dale otra oportunidad”,
la razón contestaba con gritos más fuertes:
“acuérdate de todo el dolor que te causó,
acuérdate de cómo te hizo sufrir con todo ese dolor”.

Y mi corazón se callaba. mi corazón se aguantaba

esas ganas de acercarse,
de abrazarle como si nada  pasara.

 

Al final, la lucha era mía,
entre lo que sentía y lo que pensaba,
entre querer y no poder.

 

Durante mucho tiempo me culpé,
pensaba que era débil por no aceptar su amor

o que realmente la culpable de esa situación era yo.

 

Pero poco a poco entendí que no era así,
que también yo tenía derecho a sentir,
a tener mis propias heridas.

 

El corazón, mientras tanto, no se rendía:
me repetía en menudas ocasiones que todos cometemos errores,
que nadie es perfecto
y que el perdón no es para los demás,
sino para uno mismo para poder seguir y avanzar.

 

Porque los demás siguen con sus vidas,
como si nada nunca hubiera pasado,
y si tú no perdonas,
el único que se queda atrapado en la oscuridad eres tú.

 

Ese fue el aprendizaje más duro:
darme cuenta de que la rabia no me servía,
que lo que llevaba dentro
no era rencor verdadero,
sino un dolor disfrazado,
un dolor que me había hecho creer
que odiar era más fácil que perdonar para si

poderme justificar por el odio interiorizado con el que yo vivía diariamente.

 

Y al final, con el tiempo,
cuando aprendí a mirarme sin juzgarme,
pude darme cuenta que no era rencor simplemente era dolor disfrazado de otro color

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.