En el hotel, donde la pasión reside,
se cruzaron dos almas, con historias que miden.
Una, como viento fresco, anhelando volar,
otra, como árbol firme, raíces en el lugar.
Dos mundos distintos, dos formas de sentir,
una buscando horizontes, otra queriendo existir.
Él, con la calma del sabio, de mirada profunda,
ella, admirando su ser, con amistad rotunda.
Sus diferencias chocaban, como olas en la roca,
una impulsiva y libre, otra con la voz que evoca
sabiduría y experiencia, un pasado que enseña,
una intentando acercarse, con afecto que no empeña.
Pero en la fragilidad, encontraron la unión,
el miedo a la soledad, la fuerza de una canción.
Una le enseñó paciencia, a entender el fluir,
otro le enseñó a valorar, la calma del ser.
Juntos enfrentaron la vida, con sus incertidumbres,
tomados de la mano, superando las cumbres.
El afecto fue el puente, que unió sus dos senderos,
encontrando en el otro, el valor de ser sinceros.
Así, en la danza de la vida, aprendieron a soltar,
aceptando sus diferencias, sin querer atar.
Dos almas que se encontraron, en un mundo real,
donde el afecto florece, superando todo mal.
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Autor:
Kmony Quiñonez(monina) (
Offline) - Publicado: 6 de octubre de 2025 a las 11:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Antonio Pais, El Hombre de la Rosa, Lualpri, EmilianoDR

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