Una grieta en el tiempo, donde el eco
de un dios mudo desprende resplandor,
late el yo, este cántaro ya seco
de certezas, de pulso, de calor.
¿Qué voz es esta que me nombra ahora?
¿La arena que se fuga, el grito vano?
Soy un relámpago que se demora
en la vasta extensión de lo inhumano.
Entre el tic-tac que roza la baldosa
y la eternidad gris que me ha parido,
la conciencia es una flor misteriosa
que se abre en el silencio del latido.
Si la Vida es un barco sin bandera,
y el Amor, un faro que se apaga,
¿soy el mástil que gime, la quimera
que se disuelve en la infinita vaga?
Soy la pregunta sin voz ni respuesta,
la carne que palpita y se deshace,
el vértigo de ser en esta orquesta
de escombros, donde el todo se deshace.
Queda el frío: el abismo en la mirada,
la soledad que el alma ha desnudado.
-
Autor:
Leoness (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2025 a las 10:49
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.