Te veo por doquier
adelantándome signos
esta noche se siente más dulce
con tu sombra atrás
soy el mismo de siempre
en mi isla desierta
y tu nombre explota en mí
como un cometa perdido
Hasta cuando será
este quejido de cristales
y tu sueño me sostiene
de toda malicia antigua
ay prisionero de tu alma
testigos del deseo prohibido
aúllan bajo la luna virgen plateada
Esta guerra volcánica
es una aguja en mi corazón
la angustia de los dioses
nos puede sorprender
se abrirá un hueco en la tierra
y renacerá la vieja bastarda
Estoy escondido en un antro
soñando con la humanidad
y el humo vierte piel en mí
como una danza andrógina
no sé que soy yo ahora
quizás un medio de fuga
o la lágrima de algún dios
y nena que será de ti
quiero verte volar hasta el fin
librándote de la bestia del dormir
De toda ofrenda me escapé
ya no es dulce la prisión
que habito como un guardián
de mi propia insensatez
quema el sol como un fuego
y desenreda tus manos
oh allí cabe un dios
como un sabio mensajero
Día de azúcar naranja
que se derrite infantilmente
y tu vida se ajusta en mí
bebiendo licor radioactivo
cumplimos alguna promesa
rompimos algún acuerdo
y juega tu tiempo así
en la figura de un payaso triste
Dios niño zombie
de infancia azulada juega así
en el pelotero existencial
y se enciende la vida otra vez
en tus ojos de mandala
un día más en la ruta vacía
viendo copias de copias sin cesar
y nena sos un fuego
un paisaje fino y desprolijo
Comiéndome tu alma
estoy tan aniñado
que parezco no existir
y me pregunto sin razón
cuantas veces más
vas a dejar tu vida al azar
demonio atigrado
que va ilusionando estrellas
entre selvas a la intemperie
amuletos de la muerte
sueños de soledad
Sos mi objeto favorito
como un souvenir de la suerte
cable de mono
te necesito para mi libertad
ya los años me envenenan
en mi zona abandonada
ángeles de madera
nostalgias de navidad
sólo la soledad espera
siempre tan fiel
y entonces puedo vivir
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Autor:
Kamar Oruga (
Offline) - Publicado: 6 de octubre de 2025 a las 00:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z.

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