Simple,
masivo,
de metal o madera;
plástico o en desuso
como los versos del Capitán
olvidados en el corazón
de una mesa sin pan…
Con púas,
similar a las útiles del campo,
como la tornadera u horca
para mover el trigo
y separarlo de la paja,
mientras los caballos,
sueltos en la era
recorren en círculo
en una fiesta imposible…
Es parecido a la horquilla,
que mueve la tierra
para que respiren
micro-cósmicos seres,
en los jardines
y los colores suban
por los tallos
de la primavera…
El tenedor está
transformado en pinche,
para los asados,
las fiestas opíparas
o las celebraciones
de la carne,
que se quema
en una parrilla
parecida al infierno…
Está el tenedor
en el Tridente
que trae consigo
el Dios Tritón,
símbolo del poder
que demuestra
el líder de los seres
acuáticos,
que viajan
en las torrenciales
corrientes marinas.
Todos son
como el tenedor,
que arrima
los bocados al paladar,
en un gesto
tan cotidiano
como la vida misma.
Imposible
que no esté en una mesa,
o junto a un plato
rebosante de ensalada
o en un bocado de pastel,
que necesita ser herido
por el costado,
como Cristo,
para luego
deshacerlo en la boca.
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Autor:
edgardo vilches (
Online)
- Publicado: 5 de octubre de 2025 a las 13:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios2
Jajaja "fiestas opíparas"
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