Ya las horas afilan sus espadas
pero a mi lado tú, en silencio
entrañable y hermosa
fluyes, pero no te mueves
inaccesible si despierto.
Con los ojos te recorro
te conozco por las manos
los días nos separan
pero hay una historia
que inexorablemente nos une,
somos un mar de latidos.
Bajo tu cansancio se oculta
la semilla de mi sol;
el mundo no se agota todavía,
aunque el tiempo no se decide:
solo es cierto
nuestro deseo latente.
En tu respiración oigo
la tormenta de mi ser
esa palabra olvidada que inicie
la escritura de esta historia.
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Autor:
cesarmc78 (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2025 a las 23:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Mauro Enrique Lopez Z.
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