Aquella sempiterna necedad de querer anticiparse al futuro: saber del porvenir cuando ni siquiera se alcanza a estar en el instante vagamente percibido. El darse cuenta va quedando atrás; la cascada incesante de los acontecimientos no da tregua, y lo que es se fuga leve, casi como si no hubiera sido. Adelante, lo que hay es olvido, una que otra repetición y —«por favor, mi Dios, te pido»—: mil preguntas nos visitan; las respuestas son escasas.
Los sueños encuentran albergue en los miserables que no tienen casa; a ellos, como a mí, la soledad nos devora, circundados por otros. Por eso también erro las calles y me miro en sus ojos; me perfumo con el olor de las alcantarillas antes de alimentarme con la necesidad de escribirme, para así, si es que tengo un mañana, leer sobre lo que pude ser bajo el lucero que me expulsó hace algunos millones de años.
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Autor:
Ryan Pires (
Offline)
- Publicado: 3 de octubre de 2025 a las 18:55
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
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