Porque no hay rosa sin espina,
ni bosque sin su verdor;
y no hay vida sin aceptar
el tránsito inevitable del dolor.
Cuando por la herida
no se siente la rosa,
y nace el sufrimiento
por causa justa y honrosa.
El hilo se hace seda,
y el día se hace eterno,
en noches de satén
cuando la araña no reposa.
Lejos de la sombra
que permanece cuando reposa,
como la crísalida
que se abre en mariposa.
Incluso cuando el camino
parece bordado de espinas,
siempre hay luz
si el alma es la guía.
Porque no hay rosa sin espina,
ni bosque sin su verdor;
no hay vida sin aceptar
el tránsito inevitable del dolor.
Y así, como la oscuridad
va dando paso al día,
incluso en un día de invierno
que se enciende por primavera.
Como crisálida que
se abre en mariposa,
siempre hay un mañana
donde sale la luz del sol...
¡Siempre hay un mañana,
donde sale la luz del sol!
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Autor:
Jesús (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 3 de octubre de 2025 a las 15:22
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado, a quién por el motivo que sea, ande pasando malos tiempos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
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