I
No es el viento ni la milla lo que de ti me separa,
sino la prueba que aclara mi alma frente al Creador.
Esta distancia no es pena, es el junco que se para,
esperando la alborada del propósito mayor.
Tú estás lejos de mis ojos, mas no de mi oración diaria,
porque nuestra ruta agraria la dibujó el mismo Dios.
Él puso este amor en medio de la sabana y el área,
como una promesa clara que nos une a los dos.
(Coro)
¡Nuestro amor no es de este tiempo, es plan de la Eterna Altura!
La fe es nuestra montura, y el cielo, la inmensidad.
Si Él nos dio un juramento, no existe llanura dura,
porque en Cristo está la cura, y la eterna claridad.
II
La ausencia es solo un desierto que he de cruzar con valor,
sosteniendo mi clamor en el Libro que me guía.
Cada paso que yo doy es fiel a tu nobleza y hora,
porque sé que el que atesora, es dueño de la alegría.
Mis manos labran el surco, mi frente suda la tierra,
no es la riqueza ni la guerra, lo que busco con afán.
Es cumplir el santo oficio que el Señor conmigo encierra,
para que cuando te tenga, no haya sombra ni turbán.
(Final)
Y aunque el tiempo se dilate, mi alma vive sin quebranto,
porque el día en que tu llanto se una a mi amor final,
será el reencuentro bendito, el gozo, el eterno canto,
cumpliendo el pacto santo, ¡de un amor celestial!.
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Autor:
Erik (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 1 de octubre de 2025 a las 19:14
- Comentario del autor sobre el poema: Canción llanera Registrada
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.

Offline)
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