Una brisa aquietada me envuelve
dándome paz y un poco de sosiego,
brindándome la posibilidad de pensar
sin querer parar como sea al tiempo.
Todo está ordenado y tan callado
que hoy no siente dolor mi cuerpo,
donde, al mirar al horizonte, se amplían
los límites invisibles de mi universo.
Respiro de este aire tan embriagante
sin melancolías en mi pensamiento,
sin angustias que giren alrededor
y sin sentir lo que sufro por dentro.
Sin rastro de lágrimas en mis mejillas
sin cadenas que saben a sufrimiento,
sin penas que se reflejen solo en mí
y sin juzgarme por mis desaciertos.
Mi cuerpo reposa sin sentir fiebre
con mis manos sueltas al viento,
sin importar ya todo el pasado
sin miedo a que un día ya esté muerto.
Sin que me embistan las malas ideas
con mi voz disfrutando de su eco,
sin una sombra que corra fugitiva
y sin tener que mirarme en un espejo.
No hay puertas ni cerradas ni abiertas
solo un destino infinito e incierto,
sin laberintos ni tentaciones tramposas
solo el vuelo silente de mis sueños.
Mis pies descalzos para dejar la huella
para perpetuar esta parte de mi trayecto,
solo aquí en la creación de mis letras
voy dejando detrás la paz de mis versos...
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Autor:
Jorge L Amarillo (
Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2025 a las 12:35
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge L Amarillo, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, alicia perez hernandez, MISHA lg, Carlos Baldelomar, benchy43
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