En el lienzo del tiempo, pintamos un sol,
un amor que nació, sin pedir perdón.
Tus ojos, luceros, mi faro y mi guía,
en cada latido, una dulce melodía.
Fuimos la canción que nadie más escucho,
un eco perfecto, un único son.
Tus manos, un refugio, mi ancla en la tormenta,
Mientras el mundo giraba, a tu paso, contento.
Hoy el aire es frío, la casa está en silencio,
y busco tu risa en cada recoveco.
La luna me mira, testigo de mi añoranza.
y el eco de un beso me causa un destello.
Porque el amor que tenemos, *****, es oro,
mi más grande tesoro!
Y ahora es nostalgia, un suspiro en la brisa,
el recuerdo imborrable de tu tierna sonrisa.
Amar no es de débiles, no es de tener temor,
quien guarda en el pecho un amor tan profundo.
Un amor que no muere, que vive en la herida,
la prueba más bella de una vida vivida.
Así que tú presencia me abraza y me quema,
un fuego que arde, una dulce condena.
Porque amarte es todo, mi único destino,
y adorarte, mi eterno y amargo camino.
El sonido del mundo
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Autor:
(¡¿?!) (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2025 a las 00:15
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, JUSTO ALDÚ
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