TAN SOLO VETE

Luis de leon

Me cansé.

Hoy no quiero tus lágrimas baratas,

ni tus promesas de cartón mojado.

Hoy aprendí que el amor que me dabas

era puro humo,

un espejismo que yo mismo alimenté

como un perro hambriento

lamiendo las sobras de tu desprecio.

 

Vete.

No quiero tus manos que saben a mentira,

ni tu boca que se desgastó en otros labios,

ni tus caricias recicladas

que ya no me dicen nada.

 

Me lo dijeron todos:

que eras tormenta,

que eras puñal envuelto en seda,

que eras ruina disfrazada de amor.

Y yo, ciego, pendejo,

te quise como si fueras salvación,

cuando eras mi condena.

 

Vete.

Lo grito con rabia, con sangre, con tripas.

Porque ya no me aferro a ti,

porque entendí que el amor no se ruega,

y que quererte fue como beber veneno

con la esperanza de curarme.

 

Sí, yo también fui infiel,

pero qué diferente somos:

yo busqué un alivio

y tú, simplemente, nunca supiste amar.

 

Vete.

Quiero arrancarte de mi memoria,

borrar los pocos instantes felices

que hoy solo huelen a podredumbre.

Estoy embarrado de ti hasta el cuello,

hasta las narices,

pero ya no me importa.

Prefiero ahogarme en soledad

que seguir respirando tu mentira.

 

Hoy decido salvarme,

aunque me duela,

aunque sangren mis manos

al soltar la cuerda que me ataba a ti.

 

Así que lárgate.

No mires atrás.

Que si regresas,

me encontrarás hecho piedra,

hecho hielo,

hecho nada.

 

Vete.

Tan solo vete.

Y muere lejos de mí.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.