Quisiera rascarme la mente, arrancarme los pedazos de tu vída que me esperan enterrados en el lugar donde guardaba las cosas que creí para siempre, que di por sentadas, que mire pero no vi; quisiera elevarlos como polvo en el espacio he ir con el alma empapada a impregnarme de tu vida, esa parte que no creí importante, esas cosas que pase por alto porque siempre creí que nadaba en ti, te respiraba, te vivía. Es por eso que ahora me pesa, como me falta aquel aire! como me falta vivir esa vida de ti, la única que conocía, esa parte tanto tuya como mía nació conmigo y murió contigo, no debía ser así.
Hoy día los demás ya no van con cuidado, el mundo se puso agreste, y yo sigo con el alma tan rota como cuando te dejamos en tu entierro, y cada cosa que la vida carga encima Me duele hasta los huesos, nadie conoce todo el daño, cuánto lloro mi intolerancia al desamor, ya no soy yo, ya no puedo vivir y aún así vivo, camino por el borde día tras día y el mundo se empeña en empujarme, sería tan facil caer, quizá ya he caído solo queda abrir los brazos y cerrar los ojos.
Para mí nada ha pasado y ningún otro te quiere tanto como para darse cuenta.
Yo solo quisiera no tener un corazón
Aquí descansan los restos mortales de lisett, murió sin la respuesta, sin saber porqué
-
Autor:
patagona (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 28 de septiembre de 2025 a las 13:56
- Comentario del autor sobre el poema: A mí amado hijo
- Categoría: Carta
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio de Cabrales, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.