Sombra del Deseo

Isgo

 

Tengo ya mucho frío,
la lluvia hizo un río.
Sigo mirando tu balcón,
concédeme mi ilusión.

Conozco la luz de tu cuarto,
añorando  aquí no me harto.
¿Pasará también esta noche,
y volveré tarde a mi coche?

Las cortinas se mueven,
que se abran… ¿pueden?
Distingo tu tenue sombra,
danzando sobre la alfombra.

Tu sonrisa me obnubiló,
a mi deseo encendió.
Posees una figura ideal,
con la postura celestial.

Brilla oro tu mirada,
como niña mimada.
Voz femenina y firme,
que no permitía irme.

El viento y la tormenta,
el jazmín y la menta.
Dulce como el dátil
y tu rostro en mi mástil.

Arpa, piano o chelo, y violín,
una melodía suena, sin fin.
Inspirada en la bella musa,
con poca luz y sombra difusa.

Esa noche no se olvida,
recuerdos de por vida.
Amor, no lo puedes negar,
fue dar, recibir y entregar.

Suspiros con latidos.
Valientes y bandidos.
Miradas interminables.
Susurros casi palpables.

Yo, seguro sin arrogancia.
Nos une aquella fragancia.
Hombre con sensibilidad.
Mujer llena de sensualidad.

Fiel a mi sentimiento,
sutil, sin hostigamiento.
Poesía con abundancia,
fruto de la constancia.

Si bailas para mí, dímelo,
o en secreto dedícamelo.
Y si acaso hoy no lo fuera,
seguiré esperanzado afuera.

Tuyo será este corazón,
mi cordura, eco y razón.
Búscame cuando quieras,
sé que también lo esperas…

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