La Dama del Silencio

Luis Barreda Morán

La Dama del Silencio 

Caminando sola por la acera de su casa, la mujer avanza con paso firme y decidido,
Los murmullos de la gente del pueblo no cesan, comentan sobre su vida con curiosidad,
Afirman que un gran sufrimiento habita en su pecho, una carga que no logra superar,
Dicen que esa es la razón por la cual sus ojos se llenan de lágrimas con frecuencia,
Una tristeza profunda que parece no tener fin ni consuelo posible.

Ella es una persona muy digna, de belleza serena y nobleza en su porte,
Rechaza con un gesto amable pero distante cualquier intento de ayuda o compañía,
No acepta las palabras de aliento que los demás le ofrecen con buena intención,
Prefiere guardar su dolor en silencio, sin compartir su historia con nadie,
Creyendo que su problema es único y que nadie podría comprenderlo realmente.

Al andar demuestra una elegancia natural, como una reina que observa su reino,
Mira a su alrededor con una expresión ausente, como si no notara a las personas,
Su mirada atraviesa a quienes la ven pasar, sin detenerse en ningún rostro,
Parece vivir en un mundo propio, aislado de la realidad que la rodea,
Un universo interior donde solo existen el recuerdo y la melancolía.

Ese sentimiento que la acompaña es una mezcla de angustia y de amargura,
La señora que vive en esa casa colorida, cerca del parque central del pueblo,
Nunca ha tenido la dicha de sentir en su corazón el cariño verdadero,
La experiencia de un afecto sincero y desinteresado le es completamente ajena,
Su vida ha transcurrido sin la compañía que brinda la calidez de un amor fiel.

Por su carácter fuerte, con un alto sentido del honor y de la propia estima,
Impide que alguien se acerque a brindarle un poco de compañía en su dolor,
Construye alrededor de su persona una muralla invisible de resistencia,
Una barrera que protege su frágil corazón de nuevas decepciones o preguntas,
Manteniendo a todos a una distancia segura, donde no puedan alcanzar su intimidad.

La historia que todos repiten cuenta que una persona importante se marchó,
Un ser querido que llegó a su vida y luego decidió irse para no volver nunca,
Comentan que en la quietud de la noche, cuando todo está en silencio oscuro,
Ella dedica horas a recordar a ese hombre, llorando su ausencia en la almohada,
Y que esas son las únicas ocasiones en las que permite que salga su aflicción.

Ese hombre se fue hace mucho tiempo, dejando un vacío imposible de llenar,
Partió sin dar una explicación clara, prometiendo un regreso que no sucedió,
Ahora solo queda el eco de sus pasos y el fantasma de sus risas en las habitaciones,
Un perfume que se desvanece y una promesa rota que duele cada mañana,
Convirtiendo cada nuevo día en un desafío para continuar viviendo con esperanza.

Así transcurren sus jornadas, entre la apariencia de normalidad y el dolor interno,
Cargando con el peso de un amor que se perdió y un futuro que no pudo ser,
La gente sigue hablando, pero ella ya no escucha, acostumbrada al rumor lejano,
Solo espera, tal vez sin admitirlo, que el tiempo cure poco a poco su herida,
O que el destino le dé una nueva oportunidad para encontrar la felicidad. 

—Luis Barreda/LAB

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  • Autor: Luis Barreda Morán (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de septiembre de 2025 a las 01:58
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
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