Y en la sombra de la noche se encontró meditabundo...
Que sería de él ahora que la vida no tenía sentido, ahora que la agonía de su miseria le silenciaba el alma.
El brillo tenue de una lámpara apenas le daba luz, suficiente para alumbrar la poca esperanza que aún quedaba ya que la tristeza de su soledad apagó el fulgor de sus ojos.
La penumbra de la noche le recordaba su miseria, y una voz en el silencio le invitaba a terminar su agonía.
Parado en un frío balcón, escuchaba la lluvia, Una idea lo envolvía:
¿podré volar?
¿será posible?
¿Cómo aplacar las voces que en la soledad lo consumían?
¿Cómo abrazar la muerte sin ser egoísta?
¿Cómo desaparecer sin ser notado, sin dejar rastro, sin ser escuchado?
Las horas en soledad cada vez más lo consumían.
No sabía si, tal vez, despertaría, Soñaba con no hacerlo.
Al abrir los ojos en la mañana se preguntaba:
¿Vale la pena?
¿Habrá alguien a quien, sin pesar, le importe?
Como podría saberlo…
Como escribía Neruda:
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche…”
Escribir, por ejemplo, que mi alma está condenada al olvido.
Escribir, por ejemplo, que el brillo de sus ojos alumbraba mi camino… y que ella ya no está conmigo.
¿Me quiso? ¿Lo hizo?
Tal vez me quiso.
Pero ya no está conmigo.
Luz de Flores
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Autor:
Luz de Flores (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 26 de septiembre de 2025 a las 00:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 0
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